Los arquitectos de este inmueble querían relieves de resina, con una forma original de huevo pero no sabían cómo hacerlos, cómo fijarlos ni cómo repartirlos en las fachadas.
David Tarragó nunca había hecho algo así, pero encontró una solución simple, barata y que responde bien a los deseos del cliente. Fabricó 3 moldes de tamaños diferentes que, una vez fijados a la pared, faltó solo pintarlos.
Fabricante, constructor y experto en Rocódromos